sábado, 20 de diciembre de 2014

La importancia de sonreír


   Herramienta de comunicación

 
"Lo que deseas conseguir, más fácilmente lo obtendrás con una sonrisa que con la punta de la espada", decía el afamado dramaturgo, poeta y actor inglés William Shakespeare, conocido en ocasiones como el "Bardo de Avon". ¡Qué duda cabe, la sonrisa es una de las expresiones más cálidas y profundas en la relación interpersonal!


 
Es una “herramienta” para engrandecer la comunicación en toda circunstancia, tiempo y lugar. Una suerte de “llave mágica” que facilita la convivencia cotidiana y, además, abre numerosas puertas en la actividad profesional, social y familiar. En síntesis, sonreír es bastante más que “mostrarse favorable a una persona, suceso o asunto”.

 
Sonreír no cuesta nada; enriquece a quienes la reciben, sin restar a aquellos que la dan; se produce como un relámpago, pero su recuerdo a veces dura toda la vida; no existe persona que no la necesite, ni quien no la pueda dar; es fuente de placidez en el hogar; promueve negocios y fortalece amistades; es incentivo para cansados. Es un “don” divino que está a nuestro alcance y que inspira tantos beneficios que bien vale hacer de la sonrisa un elemento inherente a la vida. Es fundamental para establecer relaciones sociales, mejorar el humor y hasta liberar hormonas que producen sensación de bienestar en el cuerpo. Sin embargo, hay hombres y mujeres que no logran sonreír con frecuencia. Existen razones anímicas, emocionales, de personalidad, temperamento y autoestima, que determinan la falta de capacidad para sonreír y que deben analizarse individualmente con la finalidad de indagar sus orígenes.
 
No olvide, sonreír es una terapia espiritual que causará un excelente provecho en su día y en su proximidad con sus semejantes. Sonría, sonríale a la vida, a su vida y a quienes lo rodean. Convierta su sonrisa en su “tarjeta de presentación”.

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